sábado, 5 de noviembre de 2016

JOAN FONTCUBERTA Y PEDRO MEYER

Joan Fontcuberta y Pedro Meyer


Entre el trabajo fotográfico de Joan Fontcuberta y Pedro Meyer hay tantas diferencias a primera vista por que su búsqueda es completamente distinta, adentrado ya con meticulosa observación de sus fotografías se encuentran algunas características intrínsecas que los identifican a ambos como excelentes fotógrafos y similitudes entre uno y otro.

Fontcuberta aprovecha las nuevas tecnologías y esta herramienta de trabajo reafirma su trabajo en su contexto actual. Juega con la imagen y la explora de diversas formas, collage, abstracto, animación, photoshop, etc… Siempre lanza su crítica no de manera agresiva, sino con un humor y una astucia desconcertante, apropiándose de éste completamente al integrarse de modelo en algunas de sus series. Juega constantemente con la ironía de la fotografía y sus significados, y su critica no es directa sino disfrazada, como en una serie en la que a partir de fotomosaicos usando “photo-imaging freeware” y el buscador de imágenes de Google para recrear imágenes populares de lugares monumentales, por ejemplo, a partir de más de 10,000 imágenes cada una con un peso intrínseco. La que considero más impactante es la recreación de una imagen de la tierra tomada desde el espacio a partir de miles de imágenes sobre el cielo , el purgatorio y el infierno aparecidas en el buscador de Google.

Al igual que el trabajo de Meyer , su trayectoria es muy variada y el resultado es una investigación y exploración personal de qué buscan compartir, revelar y primordialmente qué les atrapa la mirada.

El trabajo de Meyer pareciera bastante homogéneo en cuanto a su manera de mirar ya que la tiene entendida y comprende su manera de componer y de relacionarse con el espacio en el que se encuentra.  Pedro Meyer es un explorador viajero, y al lugar al que va busca entenderle, relacionarse y así poder retratar su autentica naturaleza. Cuando retrata personas puedes ver en éstas que sabe como acercarse, como mantenerlos en confianza ante la cámara y cuando los atrapa no dentro de la cercanía a la cámara logra integrarlos en la composición precisa con su espacio, como podría ser una mujer cruzando la calle.

Una similitud que encuentro en el trabajo de Meyer con el trabajo de collage de Fontcuberta, es que Meyer sabe como integrar todo el espacio en la fotografía, ya sean los colores de un muro, las texturas o las sobras en juego con los personajes, crea diálogos y juegos dentro de su composición que es como mirar un collage y cuando te das cuenta te da la misma sensación de humor, tal vez no tan reclinado en la sátira como en el trabajo de Joan Fontcuberta, pero si la gracia de haber entendido su chiste.

Crea diálogos entre todo lo que se encuentra dentro del cuadro, con distancias, planos, colores, objetos, reflejos, direcciones… que parece asombroso que lo haya conseguido de casería por todas sus rutas de viaje, por lo tanto es un excelente observador.

Ambos son excelentes a su forma y estilo y dignos de admirar , se mueven por distintos mundos hablando el mismo lenguaje, y quizás el trabajo digital de los últimos años de Meyer se parezca más en cuanto al de Joan en cuanto a la técnica pero continúan siendo distintos, encontrando como mayor similitud desde mi punto de vista sus característicos humores; uno intrínseco en la crítica y expresado en la ironía y el otro expuesto en un juego de miradas y composiciones juguetonas.





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